FairCoop: objetivo planeta Tierra.

Enric Duran destacadas portada 6 Comments

Una cooperativa abierta como herramienta revolucionaria para construir otra economía a escala mundial.

Hoy no he expropiado ningún banco, ni presento nada que alguien pueda considerar ilegal, tampoco, en contra quizás de lo esperado por muchas, presento todavía una estrategia relacionada directamente con mi regreso a la libertad pública, lo cual no quita que igualmente pueda tener que ver en cómo definir ese plan.

Lo que presento es un proyecto revolucionario, a escala planetaria fruto de la inmersión y aprendizajes que me han permitido más de 19 meses de intensa actividad en la reclusión de la clandestinidad.

Un proyecto que tan pronto nació en mis noches de soledad creativa, me pareció evidente que tenía que priorizar y convertirlo en una realidad antes de asumir cualquier riesgo como individuo. Hoy me satisface poder cumplir esa determinación y presentarlo para que sea de todas.

Se trata de la Cooperativa abierta de ámbito mundial Fair Coop, un paso más en la extensión de la revolución integral en todo el mundo; y también de los valores de la sociedad p2p, el cooperativismo abierto y la ética hacker, entre otros.

Explico algunas de las reflexiones que la han originado:

La cadena de bloques (blockchain) y el Bitcoin llevaron al mundo, una de las pocas piezas que faltaban para independizarnos del viejo sistema económico. Ha comenzado la competición abierta entre los viejos sistemas centralizados y los nuevos sistemas descentralizados para ser dominantes en el mundo del futuro. Y por primera vez en miles de años, los sistemas descentralizados vuelven a tener posibilidades.

Sin embargo, a los que entendemos el mundo en base a la cooperación, no nos basta con la descentralización; creemos que este nuevo mundo, necesita de la autoorganización y el apoyo mutuo, necesita que la cooperación se infiltre por todos los rincones donde la dominación está quedando atrás.

Los proyectos cooperativos, autogestionados, colectivos, comunitarios, se extienden y se multiplican por todas partes.
Las prácticas que prefiguran como puede ser ese otro mundo en el día a día, están bien vivas. Aunque estas prácticas empiezan a estar bastante interconectadas a escalas bioregionales, todavía están demasiado aisladas y existe un desconocimiento mutuo entre las iniciativas que se encuentran a miles de kilómetros unas de otras, en diferentes continentes, sobre la base de lenguas diferentes.

Se crean múltiples procomunes a escalas locales, en paralelo, sin que unos se faciliten la evolución a los demás todo lo que podrían. Necesitamos herramientas más potentes para compartir conocimiento, y hay que poder financiar su desarrollo.

No queremos quedarnos de espectadores en la confrontación entre el viejo capitalismo oligárquico y el nuevo capitalismo netárquico. Queremos un sistema cooperativo también a escala planetaria, tal y como lo practicamos a escalas locales, y para hacerlo posible tenemos que construirlo

Por eso, hacía falta, era necesario, trabajar en un proyecto que hiciera entrar en escena la cooperación social, en las luchas de hegemonía entre sistemas económicos, demostrando que el camino que pone el ser humano en el centro, es posible, que existe y lo vamos a extender.

Este proyecto ha llegado y es la Fair.Coop, The Earth cooperative for a fair economy.

El empuje inicial para dar fuerza a este proyecto es el que hemos bautizado como: «hackear los mercados monetarios para introducir el virus de la cooperación»

Explico qué quiere decir:

Una criptomoneda, negociable de forma no controlada en mercados descentralizados de todo el mundo puede ser entendida como un capital social, en la que el número de participaciones es igual al número total de monedas creadas.
Si la elegimos para poner nuestro capital fundacional como cooperativa, significará que éste en lugar de está denominado en la moneda dominante (euro, dolar …) lo estará en una moneda que el sistema no puede controlar y además , a medida que nuestro proyecto cooperativo crezca y aporte recursos y servicios de los que se demuestre utilidad, el valor de este capital social y el de toda la criptomoneda, crecerá en correspondencia.

Es un punto importante este y explicaré de otra manera lo que significa, para que se pueda entender:

Si nos fijamos de hecho, en el capitalismo de toda la vida, el empresario extrae valor básicamente a través de:
– Rentas de capital,
– Explotación laboral

En varias transnacionales del capitalismo netárquico añade una tercera forma de extraer valor que es la colaboración libre entre humanos. Así por ejemplo los anuncios de Facebook o de Google, generan mucho dinero porque nosotros usamos sus servicios «gratis», siendo nosotros de hecho los que trabajamos gratis para ellos.

Que pasa si somos nosotros, los que creara las herramientas tecnológicas para cooperar entre iguales, y las usamos para generar conocimiento libre y procomún global?
Pues que podremos hacer lo que nos gusta y vemos útil: cooperar, compartir, aprender, haciendo que a la vez el valor económico de nuestra labor se quede en proyectos cooperativos, e incluso revierta en nosotros mismos.
Hacía falta pues encontrar una moneda que no fuera controlada por el viejo capitalismo (euros / dólares …), ni explotada por el capitalismo más innovador (Bitcoin), y a la que pudiéramos incorporar nuestros valores y prácticas cooperativas. Por ello Faircoin fue la escogida.

Tras meses de trabajo en red y creación, hoy Fair.coop ha nacido.
El espacio está abierto para comenzar a cooperar entre todas, y hemos abastecido a la cooperativa con 10.000.000 de faircoins, lo cual representa el 20% de los faircoins en circulación.

Este capital social lo aporto a Fair.coop con la siguiente distribución:

– 5.000.000 faircoins el fondo del Sur Global (dirección: https://chain.fair-coin.org/address/fU3wRGZwese65gZqRiQiJvE483iyjY2QD4 )

– 2.500.000 faircoins el fondo del Commons (dirección: https://chain.fair-coin.org/address/fMxkQtTCFZpWuZNZQTq7HxwcZ6rQn1yAWj )

– 1.500.000 faircoins al fondo de Infraestructura tecnológica. (dirección: https://chain.fair-coin.org/address/fJ7dwkfHiJW9867xcovaJ9QDN7khDEMJMm )

– 1.000.000 faircoins al fondo mancomunado. (dirección: https://chain.fair-coin.org/address/fNWcvkQLg9ELKkV5gH1nsYBJnzHqw7pka7 )

Y las siguientes condiciones:
Excepto el fondo mancomunado que puede servir para cubrir gastos operativos a criterio del consejo ecosistémico y de toda la fair.coop, las aportaciones a los otros tres fondos no se pueden tocar en un año.

En cuanto al fondo del Sur Global, llamamos a una redistribución que pueda llegar a tantos proyectos locales como sea posible y útil, priorizando el empoderamiento en zonas y entornos más atacados por el sistema actual, generando una cooperación entre pares, para rehacer justicia económica a escala global.

En cuando a los fondos del procumún y el fondo de infraestructura tecnológica, la llamada es a priorizar cualitativamente aquellos proyectos que más puedan beneficiar el bien común global.

Este periodo podrá servir así para construir un proceso participativo, creativo y de apoyo mutuo que lleve a decidir en relación a las prioridades adecuadas definidas colectivamente y de forma eficiente. Asimismo, a medida que se multiplique la colaboración entre iguales, en el marco de toda la Fair.Coop y en especial de la FairNetwork, es esperable que el valor del capital social de la Raircoop responda revalorizándose en relación a las monedas fiduciarias, sin olvidar como símbolo de nuestra independencia, que 1 faircoin siempre será igual a 1 faircoin.

De forma que así esta vez, nuestra vocación colaborativa y de compartir libremente, si beneficia a alguien económicamente será, antes que nadie, los mismos que la estamos produciendo, es decir a todos y todas las cooperativistas, ya través de los proyectos financiados, a toda la humanidad.

Dicho de otro modo, por fin hemos encontrado una forma de organizarnos cooperativamente, compartir, aprender, ayudarnos, que se pueda autogestionar sin necesidad, al menos en la siempre más delicada fase inicial, de depender de terceros, ni tener que priorizar vender las producciones en el mercado, ni siquiera mantenernos con cuotas periódicas de los socios. Todo lo que necesitamos en esta primera fase, es crear conocimiento libre, compartir y enredarnos cómo sabemos, ampliar el procomún inmaterial, y construir procomún material; generar redes de moneda social, en base al faircoin, como el propio proyecto ya planteado del faircredit. (link)

Podemos crear valor innovando juntos en muchos ámbitos del procomún.

Podemos aportar cada uno nuestro grano de arena con conocimientos, participación política, tiempo, donaciones, productos, servicios, inversiones, haciendo red. Cada uno en base a sus posibilidades y prioridades.

Y, el mercado lo valorará comprando nuestra criptomoneda y haciendo aumentar el valor de nuestro capital social asociado, en relación a otras divisas. Por fin así, podemos «okupar» unos mercados, los de divisas, que tantas desigualdades han creado, para recuperarnos de una parte, pequeña o grande ya lo dirá el tiempo, de estas injusticias.

Imagino que a algunos anticapitalistas les parecerá quizás contradictorio, expresar el papel de los mercados monetarios en este proyecto.

Quien esté saliéndose del uso del dinero, y haya hecho mucho trabajo a nivel de economía comunitaria e intercambio directo, ciertamente puede ir más allá de las iniciativas monetarias de fair.coop, lo que no impide que pueda participar como uno más, a nivel de creación colectiva y participación política.
Pero la mayoría que estamos usando monedas habitualmente, ya sean las del sistema o las monedas sociales, sea por compra-ventas o para ahorrar, somos dependientes de un entorno de referencia de precios y de reserva de valores, impuesto por bancos centrales, y de alguna manera, por tanto colaboradores pasivos del sistema que queremos superar.

Por otra parte, me gustaría recordar que el mercado de divisas es una realidad histórica irrefutable de hace más de 100 años y que la tendencia ha sido de más a menos control. En los últimos años, sólo desde Estados autoritarios (como el caso de China donde el valor se fijado por decisión del gobierno), se ha generado un segundo camino en relación a cómo relacionarse con ellos a nivel político, mientras que por lo que sé, desde ámbitos afines a las ideas que podemos compartir en el marco de la revolución integral, por ejemplo, a pesar de experimentar por múltiples vías con las monedas sociales como herramientas de intercambio no se ha generado ningún planteamiento anterior en cuanto a cómo confrontar el mercado de divisas para construir autonomía económica a escala mundial.

En los últimos años, desde el mundo de las criptomonedas han generado nuevos mercados de criptodivisas, incontrolables por los gobiernos, y por lo tanto ahora ya no es necesario tener un país y un banco central para disponer de una moneda que se pueda intercambiar en todo el mundo. El sistema bancario se ha quedado obsoleto y cada vez somos más los que nos hemos dado cuenta, así que ahora el camino que estamos empezando es para construir y a partir de ello llegar a consolidar alguna día, una alternativa global.

Lo que faltaba, para empezar a caminar, era una iniciativa monetaria presente en estos mercados que en lugar de basarse en unos humanos compitiendo con otros para quedarse con más valor, se basara fundamentalmente en humanos cooperando, de igual a igual, para generar valor para todas. Con la entrada en escena de Fair.Coop, faircoin se ha convertido pues en la criptomoneda que faltaba enfocada en la cooperación social.

Por lo tanto, veremos con el paso del tiempo si este camino que iniciamos será el mejor o no, pero al menos con este proyecto tenemos ahora una vía a explorar, en cuanto a cómo abordar este ámbito mundial para crear otro sistema económico más justo y con el nivel de cooperación social que el planeta necesita y la tecnología nos permite.

¡Fair Coop ha nacido! Conectamos-nos, Enredémonos, compartamos, debatamos, construímos!
Todo está por hacer y todo es posible. Ahora sólo depende de nosotros!

¡Seamos el cambio que queremos ver en el mundo!

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Comments 6

  1. Antonio Hueso Diaz

    Acabo de entrar en Fair.coop y estoy desconcertado. Esto es bueno porque de aqui en adelante tendre que «reconcertarme», puesto que «concertarme» es una fase ya abandonada a la que no es posible regresar. El avance solo es posible hacia adelante. Todavia no entiendo gran cosa pero intuyo que estoy dentro de algo muy grande. He leido el comunicado de Eric Duran, «Objetivo planeta tierra» y estoy impresionado del mundo que se abre ante mis ojos. De momento necesito digerir este primer plato. Entre tanto, se me ocurre gritar: hay alguien ahi`?

    A. Hueso.

  2. Antonio Hueso Diaz

    Ha transcurrido ya casi un año desde que lei’ este manifiesto de Enric Duran «FairCoop: objetivo planeta tierra» y, volviendo a leerlo ahora, me parece que fue ayer. Aunque parezca que se haya avanzado poco, la verdad es que se han hecho muchas cosas y cada vez aumenta el volume de personas implicadas, de proyectos y de puesta en marcha de iniciativas… ¡esto avanza!
    Agradeco mucho a Sofia que haya respondido a mi grito: ¿hay alguien ahi? Ella es un eco de la multitud de personas que se mueven entre los recovecos de la Fair Metwork. Estoy convencido cada vez mas de que vale la pena seguir adelante y es necesario continuar trabajando con renovado entusiasmo. Yo me atrevi a traducir la declaracion de Enric en italiano y un año despues la pagina web de FairCoop esta diponible para cuantas personas hablan o se entienden y comunican en lengua italiana. Es una pequeña prueba del valor de la cooperacion voluntaria en este proyecto entusiasmante.

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